Hola a todos, hoy os traemos una actualización de cómo va el almacén y también de lo que hemos estado haciendo y aprendiendo estos días.
Para nosotros el cambio es abismal y eso que aún nos queda trabajo, pero estamos muy contentos la verdad, esperamos que vosotros también podáis apreciar el cambio en las fotos.
Si no habéis visto el primer post os lo dejo linkeado para que podáis echarle un vistazo y ver cómo comenzó este proyecto.
Cuando terminamos de quitar todos los trastos, pensamos en dejar el muro lateral, que no se encontraba en mal estado, para ahorrarnos el trabajo de hacer una pared, incluso empezamos a hacer hormigón.
Pero como os contaré en el siguiente post hubo algunos cambios de planes, entre ellos que al final decidimos derribar el muro para hacerlo de nuevo a ras con el de la casa y no perder el tramo que se metía, porque nos parecía una tontería perder esos centímetros, está siendo algo más trabajo pero nos parece que merece la pena.
Lo quitamos mucho más fácilmente gracias al taladro percutor aunque hubo tramos como este, de los ladrillos pegados al suelo que nos llevó algo más de tiempo.
Lo bueno es que todos los trozos de los ladrillos nos sirvieron para nivelar el suelo que estaba en pendiente y así no necesitamos echar tanto hormigón, que fué el siguiente paso y que tendréis pormenorizado en el siguiente post, dentro de tres días.
El siguiente paso cuando ya teníamos toda la losa de hormigón fue dejarla secar durante unos días, como es invierno tarda más, pero la humedad del ambiente y el rocío hacen que vaya fraguando poco a poco y que quede un resultado mucho mejor a nuestro parecer que en verano, es como cocinar a fuego lento, siempre queda más rico.
Además por la mañana nos encontramos estas huellas tan monas de algún gatito curioso que se llevó la sorpresa y que vamos a dejar.