En esta segunda parte, vamos a continuar con la colocación de la puerta en la fachada, una vez que ya tenemos el hueco despejado, toca plantear la puerta nueva en el hueco y medir ambas cosas, en nuestro caso, la puerta nueva es más estrecha, por tanto hemos tenido que añadir una fila de ladrillos.
Para hacerlo nosotros primero picamos un poco los ladrillos antiguos para que la medida con los nuevos ladrillos fuera exacta y quedase bien rematado.
Después clavamos un clavo en la pared a la medida que necesitábamos y pusimos la cuerda azul que se ve en la imagen colgando con un plomo para tener el nivel y la medida listos mientras colocabamos los ladrillos.
A continuación, después de haber dejado que el cemento y los ladrillos fraguen, cuando ya estaba seco, volvimos a plantear la puerta para marcar la altura a la que estaban las garras.
Con un martillo y un cincel o directamente con el taladro perforador rompemos los ladrillos a la altura marcada, dejando un agujero algo más grande que la garra de fijación.
Ponemos la puerta en su lugar asegurándonos de que está nivelada podéis ayudaros de una cuña si hay mucho desnivel de un lado y echamos cemento en las garras para que se queden fijas, hay otras opciones más rápidas como cemento o espuma pero a nosotros no nos importa dejarlo secar hasta el siguiente día así que lo hicimos así.
Y ya solo faltaría esperar a que seque y rematar todo, pero lo estético lo terminaremos más adelante con el resto de la casa.