Esta estufa ha sido un regalo que hemos agradecido mucho. Nos ha estado calentando mucho este invierno. Funciona perfectamente aunque estéticamente… Una imagen vale más que mil palabras ¿no?
Lo primero que hicimos fué limpiarla, tanto por dentro como por fuera, con la hidrolimpiadora, para que con el agua a presión se fuese la suciedad y pintura en mal estado
Después dejamos que se secase al sol y la lijamos, con una lija de grano grueso para quitar los restos d e pintura en mal estado y el oxido.
Tenemos un post anterior a este hablando del hueco de la chimenea, que también lo remodelamos y pintamos para dejarlo listo y lo único que faltaba es que la estufa también estuviera como nueva, para que todo se viese “perfecto”.
Después de todo esto ya tenía mejor pinta y la metimos dentro de la casa subida en un bote de pintura para pintarla y que no nos quedase ninguna parte sin hacerlo.
Pintamos por fuera la estufa con pintura anticalorica negra mate, os dejamos el enlace del producto abajo, gastamos 3 botes en total, porque además de la estufa también pintamos el tubo, la bandeja y rejilla de las cenizas que estaban muy oxidadas y le dimos un par de manos.
Cuando ya esté seca solo queda colocarla en su sitio, ponerle leña y encenderla para que con el calor la pintura se termine de fijar.
Estamos encantados con el resultado final, ha sido muy fácil y rápido y os recomendamos que si el aspecto de la vuestra se ve un poco viejo o desgastado os animeis a pintarla.